mardi 28 octobre 2014

Esteban feypi "nütramfiŋe ta in düŋun mew" / Esteban dice "dilo en nuestro idioma"

Mari mari kom pu che,
Wüya pen feychi web "Zona Esteban" piŋelu. Esteban ülkantufeŋey, fey ñi web mew allkütuleliyinmew ñi ülkantun. Ka elueyinmew fachi düŋu, müte ayüfin, feypi "dilo en nuestro idioma" (nütramfiŋe ta in düŋun mew). Fey mew feypi:

Mekeyin ta in wüñoltuael ta in kuyfike düŋun. Küdawŋe inchin mew, ülkantuŋe chem kuyfi düŋun mew rume, ta mi doy ayüel, ka itro kom püle amulfiŋe. Fewla ta inche entufin feychi "Traf Müleiñ" (Traf Müleyin) piŋechi ülkantun, Mapudungun mew, ta in ŋamkünupuam ta in Mapudüŋun, ta in Mapuche admoŋen. Mütrumpaeymi ta mi femael, ta mi nütramkael ta in düŋun mew. Facebook "dilo en nuestro idioma". Ayükünufiŋe, küpaŋe feychi Facebook mew, kiñentrür küdawayin.

Hola a toda la gente,
Ayer encontré esta web que se llama "Zona Esteban". Esteban es cantante, y en su web nos deja escuchar sus canciones. También nos trae esta noticia, me gustó mucho, dice "dilo en nuestro idioma". En ella dice:

Este movimiento tiene el objetivo de recupar nuestras lenguas originarias. Únete a esta iniciativa y canta en cualquiera de nuestros idiomas, el que más te guste, y difúndelo. En este caso yo compuse Traf Müleiñ (Estamos Juntos) en el idioma Mapudungun para difundir nuestra lengua y cultura Mapuche. Te invito a hacer lo mismo, a decirlo en nuestro idioma. Facebook "dilo en nuestro idioma". Dale me gusta, súmate a este Facebook y sé parte de este movimiento.

Küpaallkütuymün ta ülkantun? Faw müley:
Quieren escuchar la canción? Aquí está:


Feypi:

Mañuman,
kiñe ül feman,
pu piam tükulpaan.

Ti Aṅtü ŋiyulay
ñi kug ketraalu,
ka ti Kürüf
ñi wenu foyge witrapüramay.

Ka kiñe Aṅtü akuy,
ka kimün, kimelün kay.

# ina ülkantuŋey #
Ta ñi mapu, ta ñi kütralwe,
traf müleyin.

Fachi Aṅtü pen
ta ñi penufiel,
kiñe we wüṅ lelian.

Mi piwke mew kay
ka mülewepurkeay
rumel ñi feleafel.

Ka kiñe Aṅtü akuy,
ka kimün, kimelün kay.

# kuykuy #
Kuyfi reke ŋoymakelan,
doy alofŋerkefuy Aṅtü,
ka doy wenuntu ti aliwen ñi rayülen.  
 
Dice:

Voy a agradecer,
un canto haré,
historias voy a recordar.

El sol guiará
mis manos al arar,
y el viento
mi bandera izará.

Otro día ha llegado,
también aprender y enseñar.

# estribillo #
Mi tierra, mi hogar (calor de hogar),
estamos juntos.

Hoy encontré
lo que no hallé,
veré un nuevo amanecer.

Y en tu corazón
verás que también se queda
como siempre debió ser.

Otro día ha llegado,
también aprender y enseñar.

# puente #
No olvido como antes
el sol era mas brillante,
y más alto el árbol florecer.


Canción / Ül "Traf Müleiñ"
Letra y música / Nütram eŋu ayekan : Esteban
Arreglos musicales / Kümekünufe ayekan : Hector Diaz
Edición y masterización / Ina kümekünufe : Maximiliano Duimovic
Traducción al Mapudungun / Rulpafe Mapudungun mew : Antonio Chiwaikura

dimanche 26 octobre 2014

Carta en respuesta a "El cerro Santa Lucía, Welén o Huelén, en ningún caso debiera escribirse como Welén"

Creo que esta carta merece una respuesta especial.

Señor, usted dice que no es partidario de cambiarle el nombre al cerro Santa Lucía. ¿Y usted cree que los habitantes del valle del Mapuchu (Santiago Prehispánico) eran partidarios de cambiarle el nombre al cerro Welen?, ¿o más bien los conquistadores le escribieron un nuevo nombre a sangre y espada?.



Su argumento central se basa en la falacia de que el Mapudungún le "debe" algo al Castellano. Vamos a empezar desde el inicio.

Usted mismo dice: "El idioma mapuche o mapudungún no tenía escritura". Tenía es un verbo en pretérito. La gente sigue insistiendo en que el Mapudungún es ágrafo, a pesar de que posee una tradición escrita que remonta al año 1606. Es cierto, en sus inicios el Mapudungún fue escrito bajo las normas ortográficas del Castellano, pero eso fue simplemente porque el Castellano era la lengua materna de sus primeros escribanos, los jesuitas que vinieron a evangelizar.

Pero ya han pasado más de 400 años, y el Mapudungún ha sufrido numerosas reformas ortográficas, al igual que el Castellano. Sólo para no extendernos tanto, diremos que las más relevantes fueron las que comenzaron con el padre Félix de Augusta de la tradición de los curas capuchinos, que a su vez dieron origen a las ortografías modernas, siendo las más aceptadas hasta ahora el Mapuche Unificado y el Raguileo. Es gracias a estas reformas que el Mapudungún ha logrado obtener normas ortográficas que se adaptan mejor a sus necesidades, desligándose de las complicaciones de la ortografía castellanista. No es nada en contra de esta última lengua, es simplemente que la fonética del Mapudungún es tan diferente de la del Castellano, que se vuelve imposible lograr una representación adecuada de la primera usando las reglas ortográficas de la segunda.

Pero a usted le molesta es que se escriba "Welen" y no "Huelén". Lo que usted está planteando es que el Castellano tiene todo el derecho del mundo a renovar su ortografía, ¿pero el Mapudungún no?. Si ni siquiera el mismo Castellano obedece a las reglas de ortografía del Castellano de 1500, ¿por qué debería hacerlo el Mapudungún?.

Si vuſted fueſſe un buen chriſtiano i defendieſſe la Sancta orthographía caſtellana con todas sus fuerças como dize, qual fiel fijo i vaſſallo de su ſcriptura, avría de dar el buen exemplo i eſcrevir deſta forma, pero imajino que no lo faze, ¿no?

Pongámoslo claro. El Castellano le debe sus H y sus B –y muchas otras reglas ortográficas– al Latín. En una de las tantas reformas ortográficas del Castellano, se decidió restituir las B y V a las palabras según sus correspondientes raíces latinas, a pesar de que en el castellano hablado aquella diferencia nunca existió. Lo mismo para la H, pues ésta puede provenir de dos fuentes, ya sea de una palabra latina que la tenía, o de una palabra del Castellano antiguo que perdió una F inicial. Por algo se escribía avia y no había, fazer y no hacer. Por otro lado, los académicos del Castellano decidieron que la Q se usaría sólo delante de E y de I, jamás de A ni de O, y por eso ahora escribimos cuando en lugar de quando. El Castellano tuvo todo el derecho del mundo a reformar su ortografía, a meter bes que no existían, cambiar efes por haches, equis por jotas, deshacerse de las obsoletas Ç y , y de adoptar la K, la Z y la Y, letras originalmente griegas. Pero claro, a usted le da pataleta porque el Mapudungún tiene la osadía de adoptar la W. Por favor...

Y para coronar la torta, saca el "gran" argumento de que en el diccionario de la RAE no encuentra palabras mapuches con W. Pues claro que no las encontrará y la razón es muy obvia: ¡que el diccionario de la RAE es un diccionario de Castellano, no de Mapudungún!. Si aparecen voces mapuches en dicho diccionario es simplemente porque se incorporaron al Castellano hace mucho tiempo, y como todas las palabras extranjeras adoptadas, ahora se escriben bajo las normas castellanas, de la misma forma que escribimos gol en lugar de goal, chalé en lugar de chalet, ortografía en lugar de orthographia, almohada en lugar de al-mujadda (¡y ni pensar en ὀρθογραφία o المخدة!). ¿Por qué no va a reclamarle a los ingleses, a los franceses, a los griegos y a los árabes?.

El Mapudungún no necesita ni la H, ni las tildes. El Mapudungún no necesita pedirle permiso al Castellano para adoptar las letras que se le dé la gana. El Mapudungún posee reglas ortográficas propias, adaptadas a sus propias necesidades. Pero, después de todo, creo que usted tiene la razón: en ningún caso el nombre del cerro debería escribirse Welén. Las reglas ortográficas del Mapudungún dicen que se escribe Welen.

mardi 21 octobre 2014

Kimimi am? Elisa Loncón, Daniel Muñoz, Nicolás Copano eŋün.

Mari mari kom pu chillkatukelu,
Fachi aṅtü pefin feychi video piŋelu "Sabías qué..." (Kimimi am...). Küme nütram elupaeyinmew ta in lamŋen Elisa Loŋkon, kake che eŋün. Allkütufimün:

Hola a todos los lectores,
Hoy vi este video que se llama "Sabías qué...". Nuestra hermana Elisa Loncón viene a darnos una buena charla, junto a otras personas. Escúchenlos:

Fachi aṅtü llitulu, kakünu wirilkaan

Mari mari kom pu che,
Fachi aṅtü llitulu, feychi lh, nh, ð kay ("raŋiñtu wüṅforo" piŋelu), femŋechi wirikünuafin: ŀ, , d. Fey müten.

Hola a toda la gente,
A partir de este día, estas letras lh, nh, y ð (que se llaman "interdentales"), las escribiré así: ŀ, , d. Eso no más.

samedi 18 octobre 2014

Respuesta a la carta abierta argumentando por qué el Cerro Santa Lucía no se llama “Welén”

Esta carta es un monumento a la ignorancia y a la soberbia.

El autor da un análisis pseudo-lingüístico de una toponimia sin siquiera saber una gota de Mapudungun, y mucho menos de lingüística. Además, comete el error que cometen el 90% de las personas que tratan de hacer un (aventurado) análisis de este tipo: trató de interpretar una toponimia de hace más de 500 años a partir del Mapudungun actual. Fuera de eso, confundió (¿a propósito?) conceptos para justificar (ignoramentemente) ideas que no tienen ni pies ni cabeza.

Fundación de Santiago de Pedro Lira

Vamos por partes:

1) De partida, el Mapudungun que se hablaba en Santiago hace 500 años era suficientemente distinto al Mapudungun que se hablaba más al sur. Hace 500 años ya presentaba numerosas diferencias de vocabulario: hoy, aparte de esas diferencias, hay que agregarle que el Mapudungun de Santiago se extinguió hace mucho tiempo, siendo reemplazado por variantes de otras regiones más sureñas que también han evolucionado independientemente por su lado. Los ejemplos son numerosos. En el Mapudungun extinto de Santiago, "hermana" era "llame", hoy es "lamngen"; "bueno" era "kotrü", hoy es "küme"; "ganar" era "non", hoy es "wewün", "vestido" era "küdu", hoy es "takun"; "él" era "teye", hoy es "fey"; "ir" era "kun", hoy es "amun", y podría seguir con una larga lista. Entonces, nada ni nadie nos asegura que la palabra "Welen" del Mapudungun antiguo sea la misma o signifique lo mismo que la palabra del Mapudungun actual. Puede que haya sido una palabra específica de la variante santiagueña, cuyo significado ya se perdió y no podemos conocer.

2) Aún si pudieramos interpretar la palabra Welen desde el Mapudungun actual, entonces la palabra llevaría uno de los significados, pero no los dos. Podríamos interpretar la palabra tal vez como una verbalización de "wele" (izquierda), ya que el Mapudungun tiene la capacidad de verbalizar practicamente cualquier palabra agregando una -n final, dando Welen. Esto no es raro, ejemplos son numerosísimos, como por ejemplo "kofke" (pan) y "kofken" (hacer pan), "küme" (bueno) y "kümen" (ser bueno), "tripantu" (año) y "tripantun" (pasar años), y así sucesivamente. Otra posibilidad es que venga de la raíz "we" (nuevo) con el sufijo "-len", que indica un estado, algo así como "estar nuevo". Entonces puede ser una interpretación o la otra, pero no las dos.

3) Como la mayoría de las personas que tratan de hacer análisis lingüísticos sin saber de lingüística, cae en el error de confundir lo que es la lengua escrita con lo que es la lengua hablada. Así lo delata su frase cuando dice que el cerro "no se llamaba Guelen – ni mucho menos Welen", que es, lea bien: exactamente lo mismo. "Guelen" era la forma escrita en la ortografía del castellano antiguo, "Welen" es la forma que se escribe para representar su pronunciación más aproximada, pues los lingüistas saben que en esa escritura la grafía <gue> representa a la secuencia /we/. Guelen, Huelen, Welen, son tres formas de escribir exactamente lo mismo.

4) Por la misma confusión, el autor trata de inventar unas historias enredadas con la "mano izquierda" que era "wele cuu", enredándose con la "W anglosajona", y arma un lío que no se entiende ni él mismo. Pongámoslo simple: los primeros españoles que trataron de escribir el Mapudungun, trataban de hacerlo con la ortografía del castellano de la época. No sabían representar la letra "ü", bastante seguido la confundían con "u", con "i" o con "e", o simplemente la omitían (así lo dicen los textos antiguos y los apellidos mapuches que han sido escritos con las normas castellanas). "Mano" en Mapudungun tiene dos pronunciaciones posibles, según la zona: "kuwü", o "kug" (con una "g" que suena casi imperceptible, igual que una "ü" mapuche). De ahí que los españoles hayan escrito "wele kug" como "huele cuu". Simplemente porque tenían que lidiar con una lengua desconocida, cuya pronunciación no manejaban y en una ortografía que no se adaptaba.

5) En el valle del Mapocho confluían distintas culturas, por ser los Picunches hablantes de Mapudungun bajo el sistema social Inca, que tenían como lingua franca el Quechua, pero que además hablaban el Aymara y el Puquina. Y contemos con la posible presencia de hablantes de otras lenguas como el Cacán (lengua de los Diaguitas) y quizás otras que se extinguieron temprano, pasando desapercibidas. Por ejemplo, "red" significa algo en castellano, pero en inglés significa "rojo". Entonces, nada ni nadie nos asegura que Welen sea una palabra mapuche, aunque suene como una. Pudo haber sido una toponimia más antigua, de una lengua que se habló con anterioridad, o de otra lengua contemporanea pero que no dejó rastros escritos. De hecho, en una comunicación personal, la lingüista mapuche Elisa Loncon me expresó la posibilidad de que incluso Mapuchu (verdadero nombre del valle del Mapocho) ni siquiera fuera una palabra mapuche. Este comunicado vendría del lingüista Willem Adelaar, el más connotado lingüista especializado en lenguas andinas.

6) El autor se enreda entero dando posibles interpretaciones al cacique Guelen Guala (Welen Wala), haciendo una parodia entre el "pato izquierdoso" y cuanta tontera se le ocurre. Si el autor supiera un mínimo de lingüística andina, sabría que tanto en las lenguas Puquina y Aymara (lenguas habladas por los Incas), como en la lengua Quechua en su variedad costeña (la variedad utilizada por los Incas como lingua franca) se solían confundir las letras L con R. Ejemplos claros son los cognados Rurana (quechua) con Luraña (aymara), Wiraqucha (quechua) con Wilaquta (aymara), Rimaq (quechua cuzqueño) con Limaq (quechua costeño). Wala se refiere a Wara, palabra aymara para "estrella". El nombre Wara sí está registrado para personajes de origen andino. La presencia de andinos en el valle del Mapocho está archi demostrada no sólo por la historia y la arqueología, sino también por la toponimia y la antroponimia. El culto a los Apos (del quechua Apu), nombres de lugares con toponimia mixta, como Apoquindo (del quechua Apu Kintu), el cacique Michima Longko (del quechua Mitmaq, "migrante"), y hasta el sistema numeral Mapuche, que tomó los números 100 (pataka) y 1000 (warangka) del aymara "pataka" y "waranqa", respectivamente.

7) Hablando de alternaciones fonéticas, éstas existen también en las lenguas andinas. Para dar un ejemplo simple en otro idioma: yo puedo decir que un Japonés que aprende castellano puede pronunciar "pala" en vez de "para", porque en el Japonés alternan L con R, pero jamás pronunciará "pata" o "rara". Las mismas reglas se conocen muy bien para las lenguas andinas y para el Mapudungun. Se sabe muy bien que en las lenguas andinas Quechua, Aymara y Puquina alternaban L con R, T con Ch, Tr con T, I con E, U con O, Q con Ø, Q con K, S con H o con Sh, y muchas otras. En el mapudungun existen alternancias de J con K, Tr con Ch, F con V, D con Z, entre otras, pero no alternan en ningún caso L con T, ni mucho menos con NT. Por lo tanto decir que era "Weten" o "Wenten" es absolutamente antojadizo y no obedece a ningún criterio lingüístico. Y ni siquiera pensar en "Wangülen".

8) Y, para coronar la torta, dice que el cerro no puede llamarse "Welen" porque en ese caso tendría que ser "Guelén" para "hacerle caso a la historia". Pero, ¿la historia de quién?, ¿Usted cree que los españoles hicieron una votación para preguntarle amablemente a los mapuches si querían cambiarle el nombre de su cerro Welen a Santa Lucía?. ¿O más bien lo hicieron y punto?. ¿Por qué el Mapudungun actual –que se escribe con W– tendría que hacerle caso a las normas ortográficas del Castellano del año 1500? ¡si ni siquiera el mismo castellano lo hace!. ¿O acaso usted escribe "Santa Lucía" como "Sãta Lucia"?. ¿Usted escribe "hacer", como en el 2014, o "fazer", como en el castellano medieval?. El Mapudungun desde hace más de un siglo que goza de normas ortográficas que se adaptan a sus propias necesidades, basadas en las reglas fonéticas del Mapudungun y no del Castellano, y mucho menos del Castellano antiguo (revise los trabajos de Félix José de Augusta). Y esas reglas, propias del Mapudungun y adaptadas para el Mapudungun, dicen que se escribe Welen.

vendredi 10 octobre 2014

A joyful moment for the Mapudungun language

This is the post that i wrote for John Caviglia on his blog. We made contact after i read his novel, Arauco. What a pleasure! Here it goes:


First of all, I must say that I feel honored to have been invited to write for this blog.  My first encounter with Arauco was in late 2013, as a gift I gave myself for Christmas.  I literally devoured the book: the storyline and the writing style got me hooked from the first paragraph.  As Ñamku felt the messages from Mapu, I got goose bumps, and I could see images passing through my head as if it were a movie. But my surprise increased when I discovered that John Caviglia was diving into the Mapuche language—Mapudungun—to afford us an even deeper sensation of being immersed in his scenario.
It is often said that it is impossible to understand a culture without knowing their language.  As a speaker of Mapudungun, my experience tells me that this is true, at least for this particular language and culture.  For Mapuche people, the düngu [ðəŋu] (language, word, voice, idea, issue, matter) plays a central role in defining their cosmology, not only because of the words they use to express their cosmos, but also in the construction of phrases and the way words relate to each other.  The way in which John introduces words and phrases in the Mapuche language as the story progresses makes us constantly remember the scenario in which the storyline is taking place.
Over the centuries Mapuche have constantly fought against people who tried to invade them: first against the Inca, who didn’t manage to conquer them; and then against the Spanish conquistadores, who encountered them in 1541. The Mapuche were actually the only South American indigenous people that managed to throw out the conquistadores.  As the Spaniards never conquered them, in 1641—after one century of war—the Spanish Crown capitulated, officially recognizing their independence and sovereignty over their territory, in an event called the Parlamento de Quilín.  Much later, in 1810, when Chile achieved its independence from the Spanish Crown, the Chilean liberator Bernardo O’Higgins reaffirmed their sovereignty and recognized the Mapuche as a sister nation. It wasn’t until 1861, after Chile won the War of the Pacific against Peru and Bolivia, and its army was mobilized, that the Chilean government decided to attack and conquer the Mapuche.  After this genocide the Mapuche people were absorbed by Chile, their lands taken, so that all that remains to them are small territories called “reducciones.”  But to this day they fight to protect their lands, culture and language.
Mapudungun is today a minority language that struggles to survive in a land where Spanish has become hegemonic.  As a country founded by colonizers, Chile’s modern culture is dominated by a criollo life style.  When Caviglia started to write this novel, materials about Mapudungun were scarce, if not impossible to find.  Grammar books, dictionaries, or any written Mapudungun were real jewels.  Moreover, at that time there wasn’t any standard orthography, which means that every single person wrote Mapudungun haphazardly, as they could.  Writers tried to deal with the phonology of Mapudungun (which is very different from that of Spanish) while at the same time attempting to represent it by adopting Spanish orthographic rules—the only language they knew to write.  I cannot but admire Caviglia for his work, not only because he introduced Mapudungun in his text, but also because he did it at a time when it seemed impossible.  He did such a wonderful job, that his orthography is almost identical to the newborn “alfabeto mapuche unificado” (unified Mapuche alphabet), which is an attempt by professional linguists to standardize this language’s orthography.
The history of written Mapudungun began in 1606, when the first grammar was written by Luis de Valdivia—a Jesuit—with clear evangelistic intentions. As terrible as it might sound, this text represents a cultural revolution, since for the first time it treats the Mapuche as people having a soul, implying that they deserve to be converted to the faith of God instead of being treated like sub-human creatures.  And indeed, religious institutions played a central role in alleviating the cruelty of the genocide taking place.  During the centuries that followed numerous works were written about Mapudungun.  From the early 17th until the early 20th century, there was a rich tradition of Mapudungun grammarians and researchers, always with the intention of religious conversion.  However, this did not prevent the Mapuche from preserving their culture until these days. As the brave weychafe (warriors) and kim che (sage people) that they always have been, they have managed to resist everything.
John Caviglia’s book is a true homage to the Mapuche people.  This great story will make you feel the storm that was the encounter of two completely different worlds, and the epic quality of this war that lasted for centuries, and still continues.  I am sure that this will also motivate people to get closer to Mapuche culture and language, or at least to make them know that they exist.  I can only say: Marichi wew, John, amulepe ta mi nütram! (ten times we will win, John, let your story continue!)

samedi 4 octobre 2014

Mapuðüŋun mew twittertuken ta inche!

vendredi 3 octobre 2014

Lhafken ñi rarakün


Allküŋey ñi rarakün Lhafken.
Ñi rew ñi awkiñ mew nütramelpaenew
ta mi chumküyawken.

Iney am kay apolelpafenew küdellkiñ mew ñi pewma fewla?

Tror Lhafken mew
lluwpuy ñi püllü.

Se oye el bramido del Mar.
En los ecos de sus olas me vino a contar
tus andanzas.

¿Quien vendrá ahora a llenarme los sueños de luciérnagas?


En la espuma del Mar

se fue a fundir mi alma.